Me quedé rezagado, fotografiando la ventana con el tiesto en el paseo que va paralelo al río Mandeo. Un poco más adelante, LúaMeiga. Allá, los demás.

Cuando me iba a marchar, una señora me paró y me contó que el edificio de la ventana había sido un alfolí, palabra de origen árabe que significaba almacén de grano o de sal. Éste había sido un almacén de sal, que traían barcas por el río, paraban delante del almacén y se metía la sal dentro, mediante cestos que cargaban a la espalda.

La clientela principal estaba en Sobrado dos Monxes. La sal era transportada por zorras, es decir, carros con cuatro bueyes, los cuales, al subir la cuesta, derramaban la sal. De ahí la denominación de cuesta de la Sal.

Me contó también, que sólo hubo otro alfolí, el de Padrón. Me dijo que era la propietaria, junto con los demás hermanos, del alfolí de Betanzos. Le pregunté por su nombre. Loli Morandeyra. Le dije que le dedicaría esta foto.

No me he olvidado.